
Cafeceando, de Octaviano Rojas G.// Tragedia enluta a familias.
Con el corazón apachurrado por la terrible tragedia ocurrida el sábado en Hermosillo, al incendiarse -todavía las autoridades no saben cómo- una tienda Waldo’s en el centro de nuestra capital y que hasta anoche había costado la vida a 23 personas, tristemente entre ellas seis niños y un nonato junto con su madre.
Una tragedia que nos hizo recordar lo sucedido en la guardería ABC, pero también lo frágiles que somos porque en cualquier momento cruzamos el umbral hacia lo desconocido.
Al menos tres personas más se encuentran hospitalizadas.
Un par de madres, con dos pequeños hijos cada una, fueron también víctimas de este incendio del que -reitero- todavía las autoridades no se explican cómo o por qué sucedió. Cierto que ya la Fiscalía de Sonora realiza sus investigaciones, pero bien a bien es muy pronto para tener resultados. Comentan que podría ser por acumulación de gases o por la explosión de un transformador al interior del comercio, descartando por completo se haya tratado de un atentado contra civiles. Un transformador que no es propiedad de la CFE y que además no se tenía registro del mismo.
Como sea, de acuerdo a información de medios nacionales, Waldo’s ya había registrado incendios en varias de sus tiendas en el país. Al parecer esa firma opera al menos 900 tiendas. En Sonora las 60 Waldo’s fueron cerradas en tanto se verifican protocolos de seguridad.
El gobernador Alfonso Durazo no solo ha estado al pendiente del caso, sino que ordenó una investigación a fondo para que se aclare todo lo relacionado a esta tragedia que enlutó a Hermosillo una vez más. También anunció el respaldo y solidaridad de su Gobierno para los afectados.
El alcalde Antonio Astiazarán de igual manera ha ofrecido todo el respaldo para las víctimas y, solidario, anunció la cancelación de actividades el día 1 y 2 de noviembre por el Día de Muertos. Ayer junto con el Dr Luis Becerra visitó algunas clínicas donde se atiende a víctimas de la explosión.
Otra tragedia nacional fue el asesinato del combativo alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, quien durante meses con chaleco antibalas, combatió personalmente a criminales, pero finalmente como si se tratara de una muerte anunciada, sucumbió ante el poder del crimen organizado.
Lamentables ambos acontecimientos finsemaneros.
Dejamos en el tintero lo que platicamos con la Jefa de la Oficina del Ejecutivo, la joven y experimentada – y además con futuro promisorio- Paulina Ocaña, quien tuvo a bien aceptar intercambio de opiniones sobre diversos temas con integrantes del Colectivo de Reporteros Sonorenses (CORSAS) que preside el colega y amigo Alfredo Ochoa.
En el próximo despacho le diremos dónde fue la carnita asada y algunos detalles que podremos comentar.
Gracias por su tiempo y desde este humilde espacio elevamos nuestras oraciones para que familiares de las víctimas del incendio y explosión de Waldo’s encuentren pronta resignación 


Mi correo es octaviano07rojas@gmail.com






